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Los Cinco Vástagos y La Llave de Zólock

Ya estamos a viernes, por lo que hoy toca un nuevo relato en «Los Relatos Perdidos de Debian». Hoy os enseñaré un nuevo relato del libro de relatos de worldbuilding que estoy escribiendo para el mundo de El Grupo Sombra: La Pulsera Violeta, y en él se explica el origen de los Cinco Vástagos. De los cuales ya he hablado un poco en mi web de dragones Alas de Dragones.

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Los Cinco Vástagos y La Llave de Zólock

Esta leyenda es una de las más populares entre los orgalcs, y después de todo lo que he visto, de todo lo que me han contado, no dudaría si me afirmaran su veracidad:

Durante la creación del mundo, tal y como lo conocemos, Zólock el Dios de la Nada, dio vida, y parte de su poder a dragones inmortales. El primero en emerger y volar fue Vir el Elemental. Un apasionado dragón azul, capaz de crear y modificar a su antojo los elementos de este mundo: El aire, el agua, la tierra, el fuego, el rayo, la luz y la oscuridad.

Vir voló por el mundo que su padre acababa de crear, surcando los cielos, observando todo lo que podía de su hogar. El dragón azulado, tan grande como la montaña, buscó cualquier atisbo de vida en aquel mundo que acababa de nacer. Al encontrarse solo, decidió utilizar su poder para juntar elementos y crear a la primera bruja lobo del planeta. Esta compartía parte de su poder, pero eso no fue suficiente para Vir, quería experimentar y crear nuevas formas de vida, con lo que se pasó el resto de sus días viajando por el planeta, sembrando semillas de distintas criaturas fantásticas.

Al ver las vidas que estaba creando su hijo, Zólock engendró a un nuevo Vástago. Lo llamó Arvak, y le dio la tarea de recoger las almas de los seres difuntos. Por mucho que los orgalcs lo adorasen, su aspecto era aterrador para el que no lo conocía. Era un dragón esquelético, de cuyo interior brotaba un fuego violeta inapagable. Arvak, siguiendo un instinto que no conseguía explicar, invocó a otra bruja cuervo, que tenía parte de su poder. El dragón morado viajó por el mundo, recolectando las almas de los muertos, y llevándolas hasta su descanso eterno en la Nada.

Poco después, Zólock dio a luz a Zura, una dragona de cuerpo alargado, parecido a una serpiente. Esta tenía un color rosado que destacaba en el cielo azul. A pesar de no tener alas, podía volar igual que sus hermanos, y su poder se centraba en la vida y la muerte, siendo capaz de sanar cualquier tipo de mal que tenga el cuerpo, o de crear las peores enfermedades y daños en el mismo. Una vez recorrió el mundo, se instaló en las montañas heladas de Alsius y siguiendo con la tradición familiar, creó a su propia bruja lobo con la que compartirá parte de su poder.

Mientras los tres dragones conocían su mundo, nació Koz, un guiverno verde de tan solo dos patas de un tamaño menor que sus hermanos. Su poder residía en su mente, haciéndole capaz de moverlo todo a su antojo sin que tuviera que tocarlo. Algunos dicen que llegó a perfeccionar de tal manera su poder, que consiguió aparecerse de un lugar a otro sin recorrer distancia alguna. Nadie, excepto su bruja lobo, era capaz de seguirlo.

Y ya con las primeras civilizaciones formándose en las cinco islas, nació Zarach, la Creadora de Mentes. Esta era una dragona negra, con un cuello serpentino y alargado. Era una manipuladora de naturaleza, y su poder consistía en crear pensamientos en las mentes ajenas y en evitar que estas vean lo que no deben ver. O que vean lo que no existe… Esta era rebelde, y quiso luchar contra el instinto que Zólock le impuso, pero nadie podía negar la voluntad del Dios de la Nada, por lo que al final, terminó creando a la última bruja lobo del planeta.

Los Cinco Vástagos fueron viajando por el mundo, forjando así su nombre, y sus poderes a aquellos capaces de controlarlos. Se crearon cinco ramas de la magia, cada una centrada en los poderes de cada uno de los Vástagos: 

  • Vir creo la rama de la magia Antigua, proporcionando el poder de los elementos.
  • Arvak forjó la rama del Alma, permitiendo invocar criaturas y objetos.
  • Zura dio vida a la rama del Cerezo, capaz de sanar y de herir el cuerpo.
  • Koz, el guiverno formó la rama del Duende, permitiendo la telequinesis y el tele-transporte a aquel que la controlase.
  • Y por último, Zarach formó la rama del Cuervo, capaz de volver invisibles al mago y hacer que este infecte la mente de sus enemigos con sus propias ideas.

Algunos creen que el Dios de la Nada quería apreciar una nueva historia y que dejó pistas por el mundo para que encontrasen a sus hijos. Además de una llave, creada por él mismo, capaz de abrir cualquier tipo de puerta, incluso las de la prisión de los Cinco Vástagos.

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