La verdad debe quedar guardada. Aunque sea en este mísero papel… Todo lo que he vivido, todo lo que he sufrido… No puede olvidarse. Y a pesar de que yo no pueda acabar haciendo nada, esto será recordado y será el inicio de mi auténtica liberación.
No importa quién sea, solo lo que he hecho y lo que he visto. Por ello me tengo que esconder ahora. Rezando para tener tiempo para terminar de escribir esta carta.
Vivimos en un extraño mundo que parece ser único en el universo conocido. Creemos que sabemos, pero ni siquiera podemos llegar a imaginar la verdad. Los pocos que la saben son tratados cómo locos, o bien han muerto a causa de su propia locura al intentar entender esa verdad.
Seguramente diréis que no puede ser para tanto, que se podría explicar sin parecer un loco siempre y cuando utilices las palabras correctas. Pero esas palabras correctas que explican que es la verdad no existen en nuestro idioma ni en ningún otro que podamos llegar a aprender.
Esa verdad absoluta, ese vacío que muchos quieren llenar llevándolos a los rincones más inhóspitos del planeta solo son medias verdades. La verdad lo es todo y no es nada. La verdad no puede ser vista ni escuchada, mucho menos encontrada.
Sólo hay una única posibilidad de llegar a saber que es la verdad. Y yo tuve la maldición de encontrarla.
Ahora, mientras mi cerebro arde y se come a si mismo intentando procesar la información recibida. Intentando plasmarla en esta basura de papel cada vez lo veo más claro. La única verdad que podemos entender todos es la muerte. Y esta verdad absoluta que encontré por culpa del destino, la suerte o el maldito Zolock que fue quién me creó, no puede ser entendida y solo sirve para causar estragos, confusión y caos.
¿No será esta otra manera de entretenerte, señor Zolock? ¿No habrás creado tú está nada y este todo solo para que nos volvamos locos y podamos ser tu historia para dormir?
¿Te ha gustado el relato? ¿Quieres leer alguno más? Investiga en mi web.
Aquí tengo un par de libros que seguro que también te gustarán: