Este otro relato lo escribí un día ya hará algunos años. La verdad es que no me acuerdo muy bien de ese día en concreto. Supongo que estaba enfadado, furioso y tenía que desahogarme de alguna manera u otra. Al leerlo de nuevo, he podido ver lo triste que es este mundo, pues veo que las cosas no han cambiado mucho…
Espero que os guste este relato, y aclaro que no busco ofender a nadie:
En este mundo cruel, injusto y corrupto vale más el simple hecho de nacer en el lugar y momento adecuado que el esfuerzo de uno mismo para conseguir una vida digna.
Muy pocos son los que por nacimiento tienen poder ilimitado y riquezas sin fin solo por nacer. Mientras que la gran mayoría debemos sudar sangre para conseguir las migajas de pan que estos dejan…
Pero no quiero hablar de los reyes ni de ningún miembro de la realeza. Hoy quiero hablar de esas personas rancias, egocéntricas que se creen unos picos de oro, cuando estos ni siquiera saben que hacer con sus vidas.
Yo he conocido a uno. Tonto de mi. Le consideré mi amigo incluso. Pensé que podría cambiar. Pero han pasado ya 5 años desde entonces y él continua igual…
Él era una persona tóxica que había conseguido todo lo que quería a través de sus explotados padres. Los cuales no están exentos de culpa, pues siempre se lo han permitido todo.
Era una persona creída, con una lengua puntiaguda con la que intentaba pinchar a cada palabra que soltaba. Una persona que no aceptaba un no por respuesta por muy equivocada que sea su palabra.
En su momento pensé que tendría algo de empatía. Me demostró que no era así al explicarme sus planes de futuro. Al parecer sus padres le darían su casa que ya habían pagado con mucho trabajo y esfuerzo para que él no tuviese que trabajar nunca. Y mientras, esos pobres explotados, tendrían que volver a trabajar para poder pagarse una nueva vivienda.
En este mundo vivimos… En un mundo en el que nunca podremos vivir tranquilos. En un mundo en el que las injusticias son la orden del día. Si hubiese alguien. Si hubiese alguien que quisiese ayudar al mundo en vez de querer conquistarlo, todos viviríamos mejor.