Es la primera vez que llegan a la sexta generación en este país. Quizás penséis que es una buena noticia, pero no es así. No es una sexta generación de una misma familia. Ni de un tipo de consola. Es la sexta generación que existen en las llamas con la que se pueden destruir muchas hectáreas y es muy difícil de controlar.
Ni siquiera en los inicios de Zolock, cuando era el dios del fuego, se atrevía a crear estos incendios. Pues a pesar de poder controlar el elemento, no podía saber que pensaba el fuego, y prefería hacerlo desaparecer antes de entenderlo.
Los humanos piensan en cómo poder apagarlos, pero poca importancia le dan a esta generación del fuego, capaz de alterar el cambio climático.
Si le hubiesen dado más importancia, quizás estaría aún viviría… Aunque creo que es mejor que lo explique desde el inicio.
Todo empezó hará ya poco tiempo. Quería desconectar, y pasar tiempo conmigo mismo. Compré una tienda de acampada, un saco de dormir y mucha comida que podía estar a la intemperie.
Me fui a las montañas y nada más llegar pude empezar a descansar completamente. Llevaba tiempo que el ruido de la ciudad se unía a mis pensamientos interminables y nunca podía dormir bien. La tranquilidad del bosque es algo que me ayudó muchísimo.
El primer día estuvo partido, empecé con una caminata que hice para encontrar un buen sitio para acampar. Dejé el coche aparcado y cogí solamente la tienda para montarla. No quería estar muy lejos, pero el bosque me rodeó sin darme cuenta.
Terminé bastante lejos del coche, pero gracias a ello pude encontrar un buen sitio donde montar la tienda. Ya empezaba a hacerse tarde por lo que monté la tienda y volví corriendo hacia el coche para coger lo que me quedaba.
Pensé que tardaría en llegar, pero el camino más rápido para volver iba apareciendo delante cómo si nada. Nada más llegar, recogí las pocas cosas que me quedaban y las llevé hasta la tienda.
Cuando llegué ya había oscurecido y utilizaba la linterna para saber por donde caminar. Todo estaba muy tranquilo, no había ningún ruido alrededor, ni siquiera noté brisa.
Entré en la tienda, y me estiré encima del saco de dormir, tenía bastante calor por lo que no me tapé. No sé cuanto tiempo tardé en dormirme, pero si recuerdo haber soñado algo. El sentimiento de que algo había soñado estuvo hasta el final de mis días.
Un extraño sonido cortó el sueño, aunque no me despertó del todo. Por primera vez en mi vida, me desperté a causa de la calor.
Salí desorientado, y la gran cantidad de luz anaranjada me cegó. Caminé para atrás, tapándome los ojos para acostumbrarme hasta que toqué la tienda de acampar en la que dormía hacía unos segundos. Me apoyé en los hierros y un gran dolor me vino a la mano. La piel desapareció al instante, dejando a la vista el músculo.
Me giré gritando de dolor y quedé pasmado al ver que el fuego me había rodeado del todo.
No supe que hacer en aquel momento, tampoco sé que terminé haciendo… Aquella visión anaranjada es lo último que tengo en la memoria.
Ahora mismo estoy en la nada y por fin podré descansar.