¿Qué es la Fantasía?

La fantasía siempre ha sido mi genero preferido, tanto en películas cómo en libros, y no solo para mí, si no también para muchas más personas.

Hay una mala idea generalizada de que la fantasía está únicamente enfocada hacia los niños y niñas, pero eso no se acerca para nada a la realidad (Si te has leído alguno de mis libros cómo La Mosca o bien El Grupo Sombra sabes que a un niño pequeño o bien no le va a gustar o va a ser demasiado duro para él).

La fantasía es mucho mas que magia y cosas que no existen, pues con ella se podría llegar a crear también historias de ficción, amor, misterio, suspense e incluso terror. Cualquier cosa es posible en este genero y es lo que hace que la gente esté tan enamorada de él.

Absolutamente todos nos hemos quedado noches en vela leyendo y releyendo historias fantásticas, deseando poder ver una buena adaptación en las pantallas en un futuro próximo (nada de repetir lo de Eragon, por favor xD).

Yo solo soy un escritor hacker al cual le fascina la fantasía, pues sé que no es real, y que las buenas historias de fantasía siempre terminan bien, no cómo la vida que sí que es real y en este mundo en el que vivimos la vida puede terminar de una muy mala manera.

Por eso mismo leemos y nos encerramos en estos mundos de magia y fantasía, sabemos que aunque haya horrores en ellos, nunca serán peores que los nuestros.

¿Cómo conocí la fantasía?

Al igual que la mayoría, fue gracias a los libros de Harry Potter. Fueron los primeros libros de fantasía que empecé a leer. Aunque no fueron los que me engancharon a ella.

Eragon fue quién cumplió esa misión. Las fantásticas descripciones del reino de Alagaësia, la relación tan bien formada entre Saphira y Eragon, los increíbles personajes secundarios que hay, sin duda la saga de El Legado fue la que hizo que me enamorara de la fantasía.

¿Cuándo empecé a escribir fantasía y por qué?

Empecé en segundo de la ESO, ya se me había pasado por la cabeza anteriormente, pero nunca me «atreví» a empezar hasta que un profesor de catalán nos puso cómo trabajo escribir un «libro».

Tan solo tenía 50 páginas, estaba lleno lleno de faltas de ortografías y además estaba escrito en catalán (no digo que sea mal idioma, si no que yo siempre me he expresado mejor en español).

Pusieron una estantería en el instituto donde irían colocando todos los libros que íbamos escribiendo, el mío fue el primero en estar allí a pesar de todo lo que os he dicho antes.

Una cosa que me molestó mucho en aquel momento fue el hecho de que yo lo tenía todo maquetado para que estuviese bonito, pero mi profe imprimió el libro en otro formato y me destrozó toda la maquetación previa que le hice.

Al terminar el libro me sentía insatisfecho, pues no consideraba que aquel cuento (que por cierto, fue la primera aparición de Zolock) fuese un auténtico libro.

Por ello me propuse reescribirlo y ampliarlo. Pasé de las 30 páginas a las 50, aunque a pesar de ello continuaba teniendo muchísimas faltas de ortografía.

¿Qué significó para mi la escritura?

En su momento no me di cuenta, pero cada vez tengo más claro que la escritura me salvó.

En aquellos tiempo sufría mucho acoso y bullying, además profesores no me creían, y los pocos amigos que tenía cada vez iban pasando más de mi.

Ponerme a escribir historias era la manera de evadirme, de dejar de estar en aquel mundo cruel y estar en algún lugar en el que realmente tenía el control.

Si quería que alguien muriese en mis textos, este moría. Quizás no sabía cómo, pero lo hacía. Fue en aquellos momentos en los que descubrí lo divertido que era poder crear tu propia historia, una que realmente te guste sin siquiera saber cómo podía acabar.

Fue ahí cuando me convertí en brújula.

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